Se mide el grado de calor del aire en un lugar y un momento determinado. Se mide, por medio de termómetros y su valor se expresa en grados Celsius o centígrados (°C). En ella, el punto de congelación del agua equivale a cero grados centígrados y su punto de ebullición a cien grados centígrados. Según el IDEAM la temperatura máxima en Palmira ha sido de 39 °C el 16 de agosto de 1979 y la mínima de 14 °C el 18 de junio de 1979. Pero la temperatura oscila habitualmente entre 19 y 30 °C.

Es el movimiento de las masas de aire y se mide por medio de un anemómetro. Los resultados se expresan en kilómetros por hora. La Escala Beaufort es una medida empírica de la fuerza de los vientos y se expresa así:

Es un dato que indica el punto cardinal desde el que se origina el viento. Se mide con una veleta. Su valor se expresa en grados, desde 0º (excluido) hasta 360º (incluido), girando en el sentido de las agujas del reloj en el plano horizontal visto desde arriba. Valores cercanos a 1º y 360º indican viento del norte, cercanos a 90º viento del este, 180º del sur y 270º del oeste.

Es la energía emitida por el sol en forma de radiación electromagnética que llega a la Tierra. Se mide mediante un sensor denominado piranómetro, que se sitúa perpendicular a los rayos del sol. La unidad de medida es vatios por metro cuadrado (W/m²).

La radiación solar sobre el ser humano posee efectos positivos para la síntesis de vitamina D, que es indispensable para el desarrollo y buen estado de los huesos. Además, la luz del sol ejerce un efecto antidepresivo influyendo positivamente en el estado de ánimo. Pero la radiación solar también tiene efectos perjudiciales sobre la piel, si no se da protección.

Un 5 % de la radiación solar que llega a la tierra corresponde a los rayos UVA, que tienen una longitud de onda comprendida entre los 315 y 399 nm (nanómetros). Un nanómetro equivale a 0.000000001 metros. El efecto a corto plazo de esa radiación es la pigmentación directa de la piel. La radiación UVB de longitud de onda inferior (280-320 nm) tiene menor capacidad que la anterior para penetrar en la piel y constituye un 0,1% del total de radiaciones que nos llegan del sol. La radiación UVC, de longitud de onda 100 a 279 nm es la más nociva para el ser humano, pero es absorbida por la capa de ozono, por lo que no alcanza la superficie terrestre.

Por eso se mide la radiación UV mediante el Índice Ultravioleta que sirve para predecir la intensidad con la que la radiación UV solar alcanza la superficie terrestre y orienta sobre las precauciones que debemos tomar para evitar una sobreexposición. El número más alto que se ha registrado de este índice, con datos fiables, es de 20 para un día despejado, en Llano de Chajnantor, Chile, desierto de Atacama. Este índice se describe a continuación.